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18 de marzo de 2010

Cine: 'Brothers (Hermanos)', a varias bandas

En el 2004 se realizó una película titulada ‘Hermanos’ (‘Brodre’) dirigida por Susanne Bier, un drama intimista sobre dos hermanos, uno un vividor y problemático y el otro un ejemplar militar felizmente casado. Éste es enviado a Afganistán a una misión y se le da por muerto. Viuda y hermano se consolarán por la pérdida de la forma más lógica y humana hasta que el que creían muerto vuelve y se lía la de Dios. Es una película correcta, muy dura en su primera mitad con escenas muy incómodas, pero en su parte final decae sobremanera aunque el conjunto no se resiente del todo. La misma premisa la contiene el remake dirigido por Jim Sheridan y cuyo tráiler —penoso— nos bombardea estos días en las salas de cine. A los que lo hayáis visto, deciros que ya habéis visto la película porque la cuenta entera. Eso es lo que pasa cuando no se sabe vender un producto, como en el reciente caso de ‘The Lovely Bones’ (id, Peter Jackson, 2009).

‘Brothers’ es el típico caso de remake inútil e innecesario porque es prácticamente un calco del original europeo. Para colmo los apuntes más interesantes del relato son suavizados aquí, ya que los estadounidenses no desean tanta crudeza como bien es sabido. De todos modos lo que llama poderosamente la atención es que el director haya sido un Jim Sheridan definitivamente perdido para el cine. Observemos su carrera, sus cuatro primeras películas conforman un bloque muy distinto a las tres siguientes que no parecen del mismo realizador ni por asomo. Y es que Sheridan se ha ablandado irremediablemente, y sin causa aparente, desde su ñoña ‘In America’ (id, 2002).

El problema de ‘Brothers (Hermanos)’ es que juega a varias bandas sin decidirse por una. No es que tenga que hacerlo a la fuerza, pero el tocar tantos palos hace que en el film no se profundice en ninguno de ellos, algo que en el film de Bier no estaba tan descuidado. Por un lado tenemos la historia de un soldado americano capturado en Afganistán que deberá someterse a la prueba de su vida para salir airoso de allí, teniendo que convivir con su conciencia el resto de sus días. Se habla ahí de un tema tan manido como el del regreso de los soldados al hogar, el retorno a un mundo que creían suyo pero que no reconocen en absoluto y deben reconstruir su personalidad, diezmada en la guerra. Evidentemente no estamos en los tiempos de ‘Los mejores años de nuestra vida’ (‘The Best Year of Our Lives’, William Wyler, 1946), pero a Sheridan lo creía más contundente y serio. ¿Dónde está el valor de ‘En el nombre del padre’ (‘In The Name of the Father’, 1993) o ‘El prado’ (‘The Filed’, 1990)? No asoma por ningún lado en una película que pide crudeza a raudales.

Por otro lado tenemos la previsible historia del triángulo amoroso, algo que en la película original está mucho mejor tratado. En lugar de presentar una situación entre tres amantes —lo cual hubiera dado lugar a cosas mucho más interesantes— se opta por enfocarlo hacia la inestabilidad emocional del hermano que vuelve de la guerra. Éste piensa cosas que no son ciertas, la locura se apodera de él y desconfía de todos. Una salida mucho más facilona que la de presentar un conflicto entre los dos hermanos por acostarse con la misma mujer. Son tiempos de corrección política, lo que estropea la película, y más aún viniendo del autor de ‘Mi pie izquierdo’ (‘My Left Foot: The Story of Christy Brown’, 1989).

Pero el punto más débil de ‘Brothers (Hermanos)’ se encuentra en el personaje femenino al que da vida Natalie Portman. En el film original Connie Nielsen deslumbraba con su presencia y además entendía el personaje. La explotación de su perturbadora presencia era suficiente para tener a los dos hermanos enfrentados, una presencia sexual muy latente que a la cámara provocaba chispas. Portman parece no entender nada de eso, se limita primero a ser la esposa afligida por la pérdida de su marido, más tarde la esposa consolada por su cuñado, y después la esposa feliz por el reencuentro con su esposo. Y se acabó. Toda la tensión sexual que debería haber entre los tres personajes se pierde para dar paso a un drama familiar de poca envergadura.

‘Brothers (Hermanos)’ contiene momentos inspirados aislados como la tena secuencia de la comida familiar con la hija mayor tocando las narices a su padre. O aquella en la que Grace (Portman) mira su marido diciéndole que su infidelidad no ha pasado de un beso. Pero son momentos de actor más que de director; Jake Gyllenhaal casi le roba al papel de Spider-Man a Tobey Maguire y aquí casi le roba la mujer. Ambos son actores muy parecidos aunque en esta ocasión creo que Gyllenhaal está por encima de su partenaire, quien sólo pone cara de ido y la posibilidad de que su personaje resulte amenazador en cierto momento del film se desvanece en pos de la exageración y el histrionismo. La Portman muy guapa y se acabó.

Sueño con el Jim Sheridan de antes, que todo hay que decirlo jamás fue un realizador brillante, pero la contundencia del pasado ha dado lugar a una blandenguería casi inesperada como en la presente, ayudado cómo no por la labor de Frederick Elmes que filma amaneceres y atardeceres de postal. Eso es lo que es ‘Brothers (Hermanos)’, una postal muy bonita carente de alma.