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30 de marzo de 2010

Cine: 'Lluvia de albóndigas' Ojalá que llueva…

Como acaba de anunciarnos Jesús León, ha salido en DVD ‘Lluvia de albóndigas’ (‘Cloudy With A Chance Of Meatballs’), un film dirigido por Phil Lord y Christopher Miller para Sony Pictures Animation. Desde que comenzó a publicitarse, me llamó la atención el título original, «nublado con posibilidad de albóndigas», y pude comprobar que la cinta mantiene el nivel de surrealismo que promete esta graciosa frase.

‘Lluvia de albóndigas’ comienza con divertidas imágenes en las que el científico Flint, desde pequeño, fracasa una y otra vez al tratar de inventar máquinas con cierta utilidad, creando algunos gadgets que podrían recordar a los artilugios que fabricaba Doc en ‘Regreso al futuro’, Szalinski en ‘Cariño, he encogido a los niños’ o Randall Pelzer en ‘Gremlins’. Su padre no confía en sus habilidades y trata de encauzarlo hacia una profesión de provecho. Pero, un día, Flint construye una máquina que hace que llueva comida, lo cual maravilla a sus paisanos y rescata a su pueblo de la crisis económica en la que se encontraba desde que las sardinas, su única fuente de ingresos, habían adquirido mala fama. La televisión envía a un equipo de reporteros, con Sam a la cabeza, una joven en la que Flint no tarda en fijarse.

El inventor parece inspirado por una canción de Juan Luis Guerra, sólo que, en lugar de café, el maná que hace descender del cielo son las recetas que encontraríamos en un menú infantil: spaghetti con albóndigas, hamburguesas, pizza, tortitas, helado, gelatina… una forma de alimentar al planeta algo sobrecargada de carbohidratos. Tras esta avalancha de platos basura, no recomendaría ver ‘Lluvia de albóndigas’ con síntomas de empacho, pues puede llover comida, pero desde otro sitio. Con este espíritu repugnante, que impulsa a los niños gamberros a abrir la boca para enseñar lo masticado, está hecha ‘Lluvia de albóndigas’: refocilándose en la guarrería constante como parte de un humor despreocupado que se convierte en su mejor atributo.

A pesar de que en ‘Lluvia de albóndigas’ hay ingredientes convencionales —como el inventor perdedor que por fin se supera, como la chica inalcanzable a la que el protagonista quiere impresionar, como el malvado y ambicioso alcalde de la ciudad, como el animal de compañía cómico…— el conjunto resulta diferente a lo que se suele ver en 3-D, gracias a la premisa de la que parte y al humor absurdo y desenfadado que mencionaba en los párrafos anteriores. Los guionistas no se arredran ante lo que pueda causar mala impresión y así sacan todo el partido posible al planteamiento. Esta libertad que se permiten se contagia al espectador como una inyección de optimismo.

Grandes diálogos complementan la trama, dando pie a momentos desternillantes y a interesantes personajes. Flint (doblado por Bill Hader) se separa del tópico en el que nos haría pensar su descripción de friqui empedernido. La protagonista femenina (Anna Faris) también es menos hueca que en otras películas, pues ella misma tiene un alma científica. El mejor personaje, tanto por el diseño de su gráfico, como por su retrato psicológico, es el del padre de Flint (Mr. T). Este señor, cuyo rostro consiste en dos pobladas cejas y un espeso bigote, protagoniza el que puede ser el mejor chiste de ‘Lluvia de albóndigas’. Baby Brett, el mono (Neil Patrick Harris), el alcalde (Bruce Campbell)… incluso la sardina son igualmente graciosos.

‘Lluvia de albóndigas’ está basada en el libro de Judi y Ron Barrett, quienes quizá imprimieron una intención educativa a su relato. En la película se podrían buscar lecciones y lecturas alegóricas, pero creo que sus propósitos primordiales son entretener y hacer reír. La enseñanzas, en todo caso, versarían sobre la confianza en uno mismo y el crecimiento individual. Encuentro esta elección preferible a la ambición desmesurada que conllevaría el intento de dar una visión sobre el hambruna del tercer mundo, el exceso de los países desarrollados, etc… pues con temas tan gigantescos habría sido más fácil patinar.

Original, entretenido, lleno de humor… ‘Lluvia de albóndigas’ es un film muy recomendable y que ha sorprendido gratamente a quienes esperaban poco de él.