A Clint Eastwood le está sucediendo algo parecido a lo que le ocurre (salvando las distancias) a Woody Allen: se ha establecido en la mente de crítica y público que se trata de un grandísimo director, y pocos son quienes se atreven a enjuiciar sus últimas obras de forma objetiva. La filmografía de Allen es magnífica, y está repleta de obras maestras, pero sólo ha dirigido una gran película en los últimos quince años (“Match point”), mientras que en estos tres lustros ha estrenado algunas obras realmente flojas, que, a pesar de serlo, han gozado de la condescendencia de la prensa especializada. Por su parte, las dos últimas obras de Eastwood como director, “Gran Torino”, e “Invictus”, no están, desde mi punto de vista, a la altura de sus grandes títulos, y son películas menores alabadas por la crítica.
Pero esta realidad no impide que espere con gran expectación el estreno de “Hereafter”, su última obra como realizador. Protagonizada por Matt Damon y Bryce Dallas Howard, y escrita por Peter Morgan (“El desafío: Frost contra Nixon”, “The Queen”…), se trata de un thriller sobrenatural que gira alrededor de varias personas que, directa o indirectamente, han experimentado la muerte muy de cerca.
Al interés que despierta cada nueva obra de Eastwood se une en este caso la curiosidad por contemplar cómo aborda una obra de género fantástico, tan poco habitual en su filmografía como director. Sólo podemos incluir en dicho género “Vanessa in the garden”, un episodio de la serie “Cuentos asombrosos” (producida por Steven Spielberg), que dirigió en 1986, y su magnífica (e infravalorada) “El jinete pálido”, siempre que aceptemos que el vengativo Predicador que da título a la película ha regresado de la muerte para lograr su venganza.
