Las comedias románticas son un género que se podría catalogar dentro del terreno de la entretención. Y no solamente porque sean livianas y sin mucho contenido intelectual, sino porque buscan mostrarnos de una manera divertida lo que pasa en nuestras vidas cuando estamos enamorados, en busca del amor o terminando una relación. Una especie de catarsis en tono de broma. Una reflexión hecha por otro que, muchas veces, nos ayuda a entender de mejor manera lo que está pasando dentro de nuestros corazones. Una especie de voz externa que nos va narrando algo que debimos haber notado por nosotros mismos.
Con “Going The Distance” la emoción es parecida, salvo que acá hablamos de un fenómeno que no muchas veces es tocado dentro de las cintas de este género: las relaciones a distancia. La forma en que éstas condicionan nuestras vidas en pareja y las peripecias que hay que realizar para que puedan sobrevivir a los viajes, el tiempo y, a ratos, la desconfianza. Además de la agonía del echar de menos y la necesidad de estar con el otro cuando se le necesita, mucho más fuerte si ambos están en diferentes códigos postales. Los que lo han vivido lo entienden enseguida. La clave de esta cinta es retratarnos eso de manera divertida, casi lúdica y no tan cruda, aunque no por eso no tiene sus momentos de pena.
Dirigida por Nanette Burstein, esta cinta nos narra la historia de Erin (Drew Barrymore) y Garrett (Justing Long), dos chicos totalmente independientes que un día, y sin previo aviso, cruzan sus caminos. Ella es una estudiante de periodismo haciendo una pasantía en un diario de New York y él trabaja en un sello discográfico de la misma ciudad. ¿El problema? Al terminar su pasantía, Erin deberá volver a San Francisco, su ciudad natal, alejándose de cualquier cosa que le podría traer esta nueva amista con el recién conocido chico.
Al principio, la relación de ellos es básica, simple y sin ataduras; pero, conforme pasa el tiempo, se va haciendo más profunda y terminan metidos en una relación seria y con sentimientos involucrados. El gran logro de esta cinta es que retrata de manera correcta cómo se llevan a cabo este tipo de situaciones, los largos viajes que hay que hacer, las largas horas de espera, muchas veces el cambio de zona horaria y el extrañar. Las eternas llamadas por teléfono y esos largos mensajes de texto. También hace hincapié en el tema de la confianza y la inseguridad, demostrándonos con ejemplos claros cómo este tipo de actos pueden llegar a debilitar o incluso quebrantar una relación.
Otro de los puntos importantes de esta película tiene relación con la música. Las canciones escogidas para musicalizar las escenas está demasiado bien escogida, además se le da pantallas a la banda indie The Boxer Rebellion, quienes aportan una de las canciones más sentidas del metraje y, además, son parte de la trama de la película pues tienen un importante papel hacia el final de la cinta. Cabe mencionar, además, que la cinta entra en la categoría de estética tipo “Juno”: escenas poco tratados con color y mucho más realismo, con personajes adorables y que generan simpatía.
Los personajes secundarios son un tema aparte. Las actuaciones de Charlie Day y Jason Sudeikis, como los mejores amigos del protagonista, son absolutamente divertidas e imprescindibles, de hecho, se alguno de ellos dos faltara, la cinta no sería ni la mitad de buena de lo que es. Por el lado de la protagonista femenina, también tenemos una sidekick, que está perfectamente interpretada por la actriz Christina Applegate, quien hace de la hermana de Erin, una especie de amiga-consejera que, sin duda, es uno de los personajes más destacables de todo el filme.
“Going the Distance” es un viaje de ida y de vuelta al mundo de las relaciones a distancia. Un retrato fiel y divertido de lo que puede llegar a suceder. Una muestra de que si uno lucha por una relación, la distancia, el tiempo o los contra tiempos, no son más que detalles. Todo se puede superar cuando existe el amor. Definitivamente una cinta para ver echado en el sofá cuando se estrené en DVD y perfecta para ir al cine a verla en pareja. No se van a arrepentir.
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