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30 de abril de 2010

Cine: Iron Man 2, segundas partes no siempre son malas

Cuando se estrenó “Iron Man” en 2008 el primer y más directo efecto que tuvo sobre mí fue el de recuperar la confianza en el cine de superhéroes. Estoy convencido que cualquier fan de Marvel y DC Comics sintió el mismo dolor que yo cuando vio la infame “Superman Returns” de Bryan Singer o cualquiera de las dos de Hulk. Con Iron Man, sin embargo, un debutante Jon Favreau se sacó de la manga una película que ciertamente adolecía de algunos fallos, sobre todo a nivel de guión, pero extremadamente entretenida y sobre todo muy fiel a los cómics, algo que muchos fans agradecieron.

“Iron Man 2” viene a suponer una continuación exacta de las líneas generales de la primera entrega. El guión a veces da la impresión de tambalearse en algunos momentos de la película; algunos personajes están casi con calzador y su papel dentro del film no acaba de ser todo lo satisfactorio que cabría esperar. Pero, de nuevo, “Iron Man 2” es entretenida, increíble y deliciosamente entretenida.
Favreau ya prometió que exploraría en las secuelas de Iron Man todos los problemas personales que la figura de Tony Stark ha tenido dentro de los comics. En esta segunda entrega, después de la presentación propiamente dicha de Iron Man, se centra en desarrollar más los personajes e incluir otros nuevos, como Scarlett Johansson en el papel de Black Widow y los siempre respetables Samuel L. Jackson como Nick Fury y Don Cheadle como James Rhodes — quien reemplaza a Terrence Howard con respecto a la primera parte —, ganadores ambos de un oscar y que le ponen un toque adicional de nivel a la película.

Si ya hemos dicho que la historia no es el punto más fuerte de “Iron Man 2“, sólo queda deducir que sobresalga en otros dos aspectos: los efectos especiales y las actuaciones. Y así es. La espectacularidad está asegurada. Muchas explosiones, mucho efectismo, colorido, interfaces futuristas y ciencia ficción puntera. En ese sentido, el film no defrauda y de hecho se apoya mucho en él para tapar otros defectos.

Las actuaciones son el otro punto del que os hablaba y con el que sin duda me quedo al valorar globalmente “Iron Man 2“. Que nadie me malinterprete; no estoy hablando de actuaciones merecedoras de Oscar o de ningún otro premio, ni muchísimo menos, nada más lejos de la realidad. Estoy hablando de que las actuaciones son tal y como deberían ser para los distintos papeles.

Robert Downey Jr. que, para actuar pone el ‘automático’ y se desenvuelve sin problemas, no ha arriesgado y ha repetido con la misma línea que llevo en la primera “Iron Man“. Mucha chulería, diálogos mordaces y sabe transmitir aceptablemente bien las emociones de su personaje. Muy bien también, Gwyneth Patrow, que evoluciona un poco más en esta parte y aparece más a menudo. Otro tanto para Scarlett Johansson, para mí, que no soy precisamente un fan de ella como actriz, en esta ocasión me sorprendió agradablemente, sexy como pocas. Don Cheadle y Samuel L. Jackson, aunque más secundarios, también dan la talla. El único que no me convenció fue Sam Rockwell, demasiado pedante y poco convincente para mi gusto.

“Iron Man 2” te gustará si te gustó la primera, si te van los efectos especiales, las carreras desenfrenadas, el futurismo fantástico y las historias simples con final feliz, a pesar de las aparentes adversidades. Te gustará si no eres exigente y buscas diversión, actores de buen ver, coches caros, robots que vuelan, romanticismo barato y sensualidad desbordante. Te gustará si lo único que le pides — que no es poco — a “Iron Man 2” es reírte con ganas un buen rato, relajarte y dejar que Favreau te deleite con 124 minutos de acción trepidante. Si es eso lo que andabas buscando — al menos en mi caso lo era — no lo dudes, te encantará.