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17 de abril de 2010

Algo no está bien en “Everybody’s Fine”

“Everybody’s Fine” es un remake de la cinta de 1990 que dirigiese Giuseppe Tornatore, “Everybody’s Fine” (“Stanno tutti bene“). Robert De Niro es un padre de familia viudo, ya abuelo que, una vez alcanzada la jubilación, quiere reunir nuevamente a sus cuatro hijos alrededor de la misma mesa. Cuando todos le fallan para acudir a su casa, decidirá entonces realizar un viaje en busca de sus hijos descubriendo una realidad diferente a como se la había imaginado.

Honestamente hay que decirlo, es una película que no alcanza el poder de la original. Se mantiene y se disfruta gracias al talento del señor De Niro, pero toda la propuesta es superficial y llena de tópicos para sentirse aludido, identificado. Es ideal para lagrimear. Drew Barrymore está desperdiciada al igual que Kate Beckinsale.

“Stanno tutti bene”, es una maravilla, una producción italiana de 1990 en la que el actor Marcello Mastroianni, con gafas y mostacho, da vida a un anciano jubilado, un personaje muy emotivo y entrañable, que decide recorrer el país solo, para visitar a cada uno de sus hijos y saber cómo se encuentran. A lo largo de la trama se muestran muchas situaciones y diálogos magistrales con los que se muestra la realidad sobre la tercera edad y las relaciones familiares, y el personaje va descubriendo que estaba equivocado, y su ilusión se va tiñendo de tristeza a pesar de su optimismo. Muchos momentos te sacan una sonrisa a pesar del trasfondo trágico. Hay muchos, muchísimos más detalles geniales, entre los que puedo destacar a banda sonora de Ennio Morricone, y el final de la película soberbio, magnífico, exquisito.

Esta versión, es por mucho inferior a la original. Sin embargo, vale por ver al señor Robert De Niro comerse a todos con su inmenso talento. Puede resultar simpática en algún momento pero lo que predomina en la cinta es el vacío y la nostalgia, con gran dosis de culpabilidad que intenta resolverse a marchas forzadas al final. Algunos recursos, como mostrarnos a los hijos cuando eran niños en ciertas escenas en las que se está resolviendo el argumento, no los encontré acertados.

La historia está claramente dividida en dos partes. La primera, más arrítmica, aburrida y de indagación en el personaje de Robert de Niro y la segunda, un poco más atrevida, menos simplona y lo más importante, pasan cosas. Es eso precisamente lo que se echa en falta al principio, que pasen cosas más allá de lo que estamos viendo.

En resumen, típica película de corte navideño y familiar que cumple su cometido de entretener 90 minutos, esperanzarte con el resurgir del mejor actor de los 70 y lanzar alguna lágrima si estás sensible.