“The Time Travelers Wife“ es un drama romántico acerca de un bibliotecario de Chicago (Eric Bana) con un gen que le causa involuntarios viajes en el tiempo, con las complicaciones que ello le causa en su matrimonio.
Esta película es agridulce. Pareciera más cercana y real a todos nosotros, de lo que el título y la temática podrían dar a entender. Más en la línea de “Somewhere in Time” que en la clásica temática de viajes en el tiempo, resulta para los que gustamos del genero, en la antitesis de “The Butterfly Effect”. En este sentido, el mensaje primordial de la cinta es el disfrutar el aquí y el ahora. Y además, una dulce fantasía sobre el transitar las etapas del duelo a una dulce aceptación. Finalmente propone una elegante solución al problema de la paradoja del tiempo, que se ha esgrimido como una incongruencia en la mayor parte de estas cintas.
Así en frío, la idea me parecía algo rara y rebuscada como para interesarme más, pero cuando vas viendo la película y te metes en la historia, entras en el juego y te la crees y haces normal todo lo que va pasando, como si tuviese sentido y todo. Es una película muy romántica, con moraleja —“vive el momento”—, con bellos y correctos protagonistas y una producción muy cuidada. Sin embargo, quedan huecos en la explicación del gen y hay algunas escenas un tanto forzadas para su entendimiento.
Dirigida por Robert Schwentke, “The Time Traveler’s Wife” adaptación de la novela homónima de Audrey Niffenegger; cuenta con buenos detalles técnicos sin embargo algunos efectos se ven desaprovechados. El score de Mychael Danna es interesante más no sobresaliente. A mi gusto es una película muy disfrutable y entretenida pero la siento también como sui le faltara algo, tal vez un poco más de pasión o un extraño dejo a precisión.
“The Time Traveler’s Wife” se ve sin problemas, hace gracia e incluso emociona en algunos momentos, gracias sobre todo a la buena labor de Bana y Rachel McAdams, cuya compenetración es clave en la película y ellos la tienen con creces, pues son maduros a la hora de encarar la historia de una pareja que vive su amor pese a saber lo esporádico, inestable y doloroso que será enfrentarse a las horas entre un encuentro y otro.
A mi me gusta el hecho de que esta película no sea tan cursi como otros dramones románticos, pues el drama no está en el romance si no en el poder que confiere la vida a través de la muerte. Así a pesar de la ciencia ficcíón en un nivel más humano, la cercanía que se siente con los personajes, se debe a que a pesar de su don, el viajero del tiempo resulta impotente para cambiar ningún acontecimiento. Solo tiene el consuelo —o la pesadilla— de conocer partes de su futuro y de vivir partes de su pasado, en momentos de mayor madurez. Asi la fatalidad —e impotencia que esta genera— es compartida por todo el publico; diferente al poder que tuvo, por ejemplo, el protagonista de The Butterfly Effect o el propio Marty McFly en Back to the Future.
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