
Tras esa hecatombe, que no se precisa si fue una guerra nuclear o un catecismo natural, el mundo tal como lo conocemos ha desaparecido, ya no hay energía, ni combustible, ni alimentos, ni leyes, ni siquiera existe el sol pues una densa niebla mantiene la tierra sumida en el frío y la penumbra.
En el camino, en la carreta, El Hombre y El Chico deberán esquivar toda clase de peligros, además del cansancio y la desolación, principalmente las bandas de cazadores semisalvajes que quieren apoderarse de lo poco que tienen y hasta de ellos mismos.
Hay que decir que muchos otros filmes se han hecho con este contexto de mundo tras la apocalipsis, pero lo que marca la diferencia aquí es la crudeza de lo narrado, tanto así que algunos estudios al saber que había escenas de canibalismos y otros contenidos problemáticos se desentendieron del proyecto.
No es una historia nueva la que se cuenta, lo importante es la manera en que se la cuenta, el estudio sobre la condición humana hecho en este filme, particularmente de la relación entre ese padre y ese hijo, y a través de flashbacks de la relación de con su esposa (Charlize Theron).
Y debo reiterar que el filme se ha construido en base a la novela (ganadora del premio Pulitzer en 2007) “La carretera” de Cormac McCarthy, autor que viene precedido de excelentes críticas y que es señalado como uno de los escritores más importantes de la escena norteamericana actual.